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25 de Febrero de 2025
TAEKWONDO: FEDERICO GONZÁLEZ COMENZÓ EL 2025 CON UNA MEDALLA
Federico González acaba de comenzar el año competitivo durante el Abierto de Estados Unidos, disputado el domingo 16 de febrero. El taekwondista uruguayo de 30 años se quedó con la medalla de bronce en la categoría -74 kg. Fue su tercera medalla en este evento luego de una plata en 2020 y un bronce en 2024. 
 
Si bien en 2024 no pudo conseguir la exigente clasificación a los Juegos Olímpicos de París, se quedó con la medalla de plata en el Panamericano de la disciplina -primera vez que un uruguayo accedió a la final de un Panamericano de taekwondo-. Este resultado, sumado a su muy buena trayectoria reciente, le permitió a mediados de año meterse en la mejor colocación del ranking mundial en su carrera. Fue 13°. Sin embargo, luego de los Juegos Olímpicos, se cerró el ranking mundial y todos los atletas (excepto los clasificados a los JJOO), comenzaron nuevamente sin puntos. 
 
Así fue que cerró el año 2024 con una gira europea, buscando sus primeros puntos para el renovado ranking durante dos torneos en Albania y Montenegro. En ambos consiguió meterse en la disputa por las medallas, esto es decir los cuartos de final. En esa instancia, en los torneos de su disciplina, quien gana asegura al menos el bronce (no hay lucha por el tercer puesto luego de perder la semifinal), y el perdedor se queda con el quinto lugar.  
 
Con la mira puesta en el cambio de categoría que planificó para este ciclo olímpico, González habló de los desafíos que tiene por delante, de las motivaciones que lo mantienen activo y de su manejo de pasadas frustraciones. 
 
¿Cómo te sentís tras el US Open?
 
Fui de menor a mayor. Hacía mucho frío, la respiración estaba rara, se sentía el frío del aire. Luego de ganar dos, en cuartos de final enfrenté a un atleta coreano, que pelea por EEUU. Gané el primer round cómodo 13-0. En el segundo round me ganó muy fácil a mí por 8-0. Y eso te hace plantear un combate totalmente diferente en el tercero. Lo definí al final. Faltando 20 segundos me mete cuatro puntos, y faltando 3 segundos le doy vuelta el combate con una patada en la cara, para pasar a semifinales contra Park, de Canadá. Pero en esa acción me lesioné. Le rompí la nariz al rival y me sentí de una lesión en el pie en ese golpe; me cuesta apoyar. Entré a la semi super limitado, sabía que para ganarle tenía que estar al 100%. Perdí 3-2, y 7-2. En taekwondo cinco puntos no es mucha diferencia, porque un giro vale cinco. Me sentí muy conforme con el resultado y con el rendimiento. Me alienta a seguir. Estas cosas me levantan el ánimo y me confirman que todavía estoy.
 
 
¿Cómo planificas el 2025? 
 
Después del preolímpico 2024 en el que no pude clasificar, me retiré de la categoría -68 kg.  
En taekwondo tenemos ocho categorías mundiales, pero solo cuatro olímpicas, que son -58 kg, -68 kg, -80 kg y +80 kg.
 
Ya venía peleando hace tiempo en -74 kg (categoría mundial) y el preolímpico fue mi última competencia en -68 kg. Hablé con el cuerpo técnico y les dije que con la edad también se me dificulta mucho más dar el peso para -68 kg. Tenía entre 12 y 14 kilos para bajar antes de los pesajes, dependiendo de cómo me agarrara la competencia. Ahora voy a pelear todo en -74 kg, y en las categorías olímpicas voy a subir a -80 kg. Es otro combate totalmente diferente al de -68. No sé si los rivales son más altos, porque hay rivales muy altos en 68, pero sí más grandes físicamente. Desde el Campeonato Panamericano en junio para acá, la idea fue trabajar física y tácticamente para subir a 80. En 74 ya estaba totalmente adaptado, soy subcampeón panamericano, fui 13° del mundo, fui a Europa y me metí en cuartos de final en los dos torneos. 
 
¿Y en qué eventos vas a participar? 
 
Ahora peleo en mayo el G2 de Río de Janeiro, luego me voy a República Dominicana, ahí hay un G1 y G2 abiertos juntos. Uno atrás del otro. Hasta junio eso, y de junio para adelante planificamos de vuelta y vemos cómo cierro el año, que termina con el Campeonato del Mundo en China.
 
En lo que tiene que ver con la categoría olímpica, que va a ser -80 kg, mi objetivo es estar top 5 de América. Eso me va a facilitar a la hora de los clasificatorios para Juegos Panamericanos, no enfrentarme en primera ronda con el top 5 de América que son los mejores del continente. Ese es mi objetivo hasta los Odesur de 2026. Tengo un año para trabajar y meterme ahí. Es un caminito de hormiga (sumar puntos para el ranking), que arrancó de cero para todo el mundo. A favor es que estamos todos medio parejos, en contra es que para estar 13° del mundo tuve que arrancar desde 2011 a partirme con los que estaban arriba para poder meterme ahí. Pero es parte del juego, es un ciclo olímpico más. Estoy motivado, me volví a motivar. Me volví a centrar en esto que es lo que amo y todavía doy resultados, así que contento y motivado para lo que se viene.
 
¿Cómo fue tu camino desde el año pasado hasta hoy?
 
Después del Preolímpico quedé bastante frustrado. No sabía qué hacer. Tomé la decisión de ir al Campeonato Panamericano y ver. Ahí salí plata panamericana, primera final para Uruguay a ese nivel. Me motivé y seguí. Fui a Europa y me fue bien. Me quebré con el atleta que salió campeón, que le ganó a los plata y oro del mundo por mucha mayor diferencia que la que me ganó a mí, que competí quebrado. Ahí hice el click y pensé: todavía estoy bien. 
 
También me traumaba un poco la edad. Tengo 30, a ver cómo estoy en el día a día. Dentro de todos los años que hace que estoy compitiendo y los golpes que recibo, soy un atleta que no ha tenido lesiones graves, por suerte. Eso hace que mi cuerpo esté bastante bien. Mi sistema de combate es de mucho cruce, mucho intercambio, y cada competencia para mí es romperme todo. Ahora en el US Open para mí ya era una locura haber metido dos medallas ahí (2020 - Plata en -68kg / 2024 - Bronce en -74 kg), y ahora me volví a meter, sintiéndome bien físicamente y mucho más mentalmente. Fueron combates, los tres primeros que gané, bien ajustados, inteligentes, en los que me sentí super tranquilo, sólido. Quedé contento con el resultado de meterme una vez más en ese top. A seguir trabajando, recuperarme de los golpes y seguir entrenando. 
 
¿Cómo procesaste la frustración del Preolímpico? 
 
Soy un atleta que le encanta entrenar, competir y pelear. Me dicen por ahí que soy un perro de pelea porque me encanta la competencia. La verdad es que no estoy cansado como para retirarme. Pero me frustré bastante, y fueron factores fundamentales las personas de mi familia. Mi viejo diciéndome que todavía estaba, que todavía tenía para hacer algo. Vino el Panamericano, fui plata y me metí 13° del mundo. En cualquier deporte estar 13 del mundo es una locura. 
 
Mi novia también me decía: Fede, es una locura que te retires estando en tu mejor momento. Y también muchas charlas con mis entrenadores. Me dijeron muchas veces que la carrera que he hecho es una locura, pero mi sueño siempre fue clasificar a unos Juegos Olímpicos. Entonces fue volver a enfriar la cabeza, tomar este desafío en una nueva categoría, plantearlo diferente, entrenar diferente. Sacarme el estrés de la alimentación, de la dieta extrema, la deshidratación extrema. Lo tomo con más tranquilidad en ese sentido y con más energía a la hora de entrenar. 
 
Parece una pavada, pero bajar 14 kilos para pelear a cada rato, nos desgasta mucho. Y más si todavía no llegás al objetivo. Hice ese peso desde los 16 a los 29 años, y no lograr el objetivo estando tan cerca. 
 
En este ciclo el taekwondo tiene un circuito muy exigente con campeonatos varias veces por mes, o todas las semanas. Muchos atletas se cambiaron de categoría porque ya no aguantan bajar de peso todas las semanas. Son rebotes de 10 kilos de un día para otro y el siguiente fin de semana de vuelta. Creo que el taekwondo va a cambiar un poco en ese sentido porque los atletas ya no aguantan estar cuatro años en la misma categoría dando un peso que no es su peso natural. 
 
¿Cómo repercute la experiencia que vas ganando?
 
El principal cambio es mental. La tranquilidad de saber que puedo resolver cualquier situación sobre el tatami. Me costó muchos años, les cuesta a muchos atletas, lo hablo mucho con los más jóvenes. Perdí el Preolímpico para Río en el último segundo. Se pierden muchos combates a último momento. Hay que ir adquiriendo experiencia de esos errores que fueron fracasos fuertes, y agarrarlos a favor. Hoy tengo esta tranquilidad de que uso muchas cosas a mi favor mentalmente. Sé que soy el más rápido de la categoría, por diferencia, y sé que soy muy cerrado, los tanteadores los tengo siempre cerquita. Yo sé que al final ellos están super nerviosos porque en una acción les puedo dar vuelta el combate. Eso lo uso a mi favor hace años, y hace años me viene dando resultados. 
 
El taekwondo es muy táctico. Muy de presionar para ver qué hace, engañar con hacer una cosa pero en realidad hacer otra. Todo eso que antes no podía hacer por los nervios, por estar ansioso por ganar, hoy lo puedo razonar mucho más tranquilo. También la comunicación con mi esquina está mucho mejor. Digo, me dicen, eso antes no lo podía hacer por los nervios. Naturalicé el hecho de pelear. Para mí pelear hoy es como entrenar. Tomo las decisiones de los últimos segundos mucho más fácil que cuando era más joven. Puedo ganar o perder, eso es parte del juego, pero hoy estoy mucho más tranquilo.
 
¿Cuáles son tus objetivos a la hora de ir a un torneo?
 
En América hace como seis o siete años que, si no gano la medalla, estoy en la disputa (cuartos de final). Esa vara no la bajo. Si pierdo antes, para mí es bastante frustrante. En todos los torneos que vaya el objetivo es una medalla, o al menos llegar a la disputa, que es un logro importante.